domingo, 4 de marzo de 2012

Nueva Gestión Pública (Nuevo Gerencialismo)


Este concepto surge a mediados de los años 70, conocido también como "public management" (o Nuevo Gerencialismo). Impulsado por la corriente de la Nueva Gestión Pública, este movimiento se caracteriza por tratar de implantar en la Administración Pública de manera real los principios de eficacia, eficiencia, economía y calidad, como del ya presente principio de legalidad característico del modelo burocrático. 
Se trata con esto de trasladar con éxito los métodos y herramientas de la gerencia privada. Pero esto no se puede llevar a cabo sin modificaciones, ya que la Administración se caracteriza por un entramado mucho más complejo que el del sector privado. Por lo tanto, aunque la referencia sea el modelo de gestión privado, este proceso deberá ir acompañado de las adaptaciones requeridas por las instituciones públicas. De esta forma, el Nuevo Gerencialismo abandona el carácter esencial del principio de legalidad, y otorga un papel más relevante al propio funcionario, el cuál dispondrá de una flexibilidad mayor y libertad para alcanzar los objetivos. Esto, destinado a promover los principios de economía, eficacia, eficiencia y calidad, ya que lo realmente importante son los resultados, a partir de los cuales se determinará el éxito o fracaso del aparato administrativo. Se deja de hacer énfasis exhaustivo de los medios, buscando que con ello los propios funcionarios tengan más herramientas y posibilidades para alcanzar los fines, y mejorar su rendimiento.
Los cuatro pilares básicos sobre los que el Nuevo Gerencialismo Público se deben desarrollar son los siguientes: 
- Nuevo perfil directivo del sector público.
- Protagonismo de la dirección por objetivos y la rendición de cuentas por resultados obtenidos como directrices de la gestión.
- Abandonar el presupuesto tradicional, cuyo instrumento de control anclaba al aparato administrativo, en favor de presupuestos por "desempeño", donde la utilidad marque el curso de la Administración.
- Control interno orientado a los resultados, teniendo en cuenta además de la legalidad, los principios anteriormente citados.
Estos pilares deberían desarrollarse de forma simultánea, liderados mediante una estructura horizontal de gestión, e impulsados por el Consejo de Gobierno. Pero la complejidad del cuerpo administrativo dificulta esta tarea, cuyo dinamismo es continuo, provocado por la propia sociedad cambiante. Por ello, el Nuevo Gerencialismo está destinado a adaptarse a las necesidades de la sociedad, tanto a su dinamismo como a su complejidad, y abarcar los ámbitos que requiera.

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